A esta hora
se asienta la quietud
como en sueño de un
jueves
o un miércoles
en el que un ser
innombrable
por olvidado
camina lento por un
pasillo
que termina en un
espejo
oval y oxidado.
Nada bueno sale de la
tristeza
pero existe
como existen esos
sueños
que desaparecen
ni bien nuestras uñas
creen tenerlo al
alcance
una noche de algún
jueves
o un miércoles
de un año
que no sabemos si
vendrá.
Bueno, la quietud no es siempre mala, un abrazo. Beso.
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