Los veo
cada mañana
pasar
caminando,
en auto,
en bicicleta,
en moto.
Los cruzo
en el supermercado
y ahí, más de cerca
puedo apreciar
sus rostros
iguales todos,
iguales al mío.
Tristes
como un tuareg
que sucumbió
a los placeres del confort.
Tristísimos
como un perro
abandonado
la noche de año nuevo.
JUSTINIANO 324
Hace 4 horas
Es una imagen muy triste, Un abrazo.
ResponderEliminarSomos gente, no personas. Y estamos tristes.
ResponderEliminarQué bello.