3.8.10

Ojos de escapar.

Existen días en los que necesito sacarte, arrastrarte conmigo lejos de tanto gris, de tanto insomnio y desventura.
Escapar de tan ruidoso infierno de metales y cataclismos es un acto de fe.
Apretar tu mano y correr es como observar el mundo sin desperdiciar ni un milímetro de ojos.
Es tan extraño como extraño el cielo.

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