Una vez me tocó
juntar mis pedazos
rastrearlos, ubicarlos
y adivinar después
qué lugar ocupaban.
Dantesco show
cuando a mitad del trabajo
me alcanzó la mañana
y su luz me apunto a la frente
y yo
con unas dos mil señales sangrantes
entre las manos
corrí a refugiarme entre mis viejas sombras.
El ocaso volvió a mi memoria
Una voz en tono menor
me asalta cada tanto
desde entonces.
MANICOMIO 258
Hace 21 horas
Pégalos con cola mala desordenados y poco a poco irán haciéndose con su nuevo espacio.
ResponderEliminarLas voces se calmarán.
Un abrazo.
Hasta de ésas se puede aprender, que uno es siempre capaz de recomponerse...
ResponderEliminarBesos