18.1.13

Impredecible.


Lo que callamos en algún momento
lo que vinimos a decir desde el principio
cuando el agua era agua y viento el viento
lo diremos, tal vez, en otro sitio.

Detrás de la tormenta ya pasada
se vislumbra un frágil firmamento
¿Qué otras manos empuñaran tu espada?
¿Qué otra boca exhalará mi aliento?

Hoy, entre mis últimos fantasmas
se asoman los ojos de la calma
Y parece alumbrar la tenue paz.

Yo, que nunca pude con mi mismo
Yo, que miré en todos los abismos
Yo que nunca supe, si vienes o te vas.

3 comentarios:

  1. El agua era agua antes de nacer nosotros, pero aún así seguimos confiando en que vuelva a su estado original para sacar todo lo que hemos estado guardándonos dentro.
    Una pieza maravillosa, delicada como pocas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Cada cosa encuentra su momento. Es una cuestión de equilibrio.

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Entre las idas y venidas te ha dado para otro poema.

    Un saludo, Darío.

    ResponderEliminar