18.3.16

Te devoraron horribles bestias.




Me congela
este dolor
que viene del tiempo
que no es mío.

Atrás de qué ausencias
de qué tremendos abismos
de cuántas distancias
de cuánta inexistencia
te fue guiando este mundo de mierda.

Si pudiera conjurarte
con palabras
puede que así
deje de dolerte, ahora
el desamor, la banalidad
los domingos
el vacío que deja
cuando se va, la ternura
las canciones
la calle.

Si pudiera nombrarte de un tirón
sin que en la garganta se me claven
astillas de la madera de la muerte
y del olvido.

Ha de ser muy profunda la nada
que tus ojos vieron

y no pudieron evitar.

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