Atados
de pie
renaciendo.
Ahí donde tiemblan
los días pasados
los agentes inmobiliarios
y los curiosos.
Atrás la noche
al borde de la leña
ardida
absorbiendo el calor
con los ojos
con las tripas
con las manos.
Nos nacimos
el mismo día
más de una vez.
Ya no somos tan iguales
y sin embargo
nos parecemos aún.
Aunque sea en la tristeza.
ÁTOMOS
Hace 2 horas
!!Qué poesía mas bonita¡¡¡
ResponderEliminarMenos mal que he descubierto este blog.
Saludos, Darío, enhorabuena.
No sabía que tuvieras varios blogs.
Bueno gracias. La verdad es que me dedico mas a este, se parece bastante a mi, creo. Saludos.
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