Saquen de mí
la piel
las uñas los ojos los pelos
vuelvo a jugar con palabras
pienso en el fuego
que alguien lo encienda y
arroje
mis desechos saquen de mí
los párpados la lengua la carne
los huesos
vuelvo a jugar
con palabras
que alguien
las encienda
tiemblo, es mi único aporte
callo
pienso en el tempo
en la cadencia desairada
enciendo un poema y arrojo
sus restos
vuelvo a jugar con el fuego
en el medio de la noche y la
tormenta
late en mi memoria un
corazón de pájaro.
Nada dice el silencio
del silencio
ni de la noche humana
o de la pena bestial
o de los pueblos con miedo.
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