10.6.17

A veces pasa que.



La luz que flota oblicua
en los límites del día nos devuelve
feroz al plano de estar  
vivos y los dolientes
clavos de la tarde tararean serenatas
que amaderan el sabor del olvido.

Fortalezas de brazos y estentóreas
carcajadas  que son, más que un anuncio
de la forma estival, una promesa.

El fuego es un milagro desatado
la noche paz en la tormenta
el vino cicatriz dentro del pecho
el sol una esperanza. Su sonrisa
nada menos que un buen recuerdo.

1 comentario:

  1. "El fuego es un milagro desatado..."
    Me encantó ese verso, amén del resto. Me gusta tu prosa.

    ResponderEliminar