Son como una batahola los presentimientos
como este desubicado sentido sin pecado concebido
como la posibilidad frente a los ojos
como un abandono gris y errante
como la siesta pobre y olvidada
como un grito pintado en una pared
de una ciudad fria y lejana
madre de otras ciudades
que ya volaron
y vuelven.
ÁTOMOS
Hace 16 horas
Que siempre exista esa ciudad donde volver. Un saludo
ResponderEliminarhermanito!hermoso!!!seguinos contando con tus escritos los paisajes,besos!!! Diegui y flia.
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