14.5.10

Tormenta

Era otro día
ayer
con el rojizo sol de unos ojos
pariendo el alba
empujando la mañana
inclinandola hacia la desverguenza
y el desparpajo.

Pasa entonces
como siempre que arrecian las tormentas
aquella lágrima quebrando la tarde
con gusto a barcos que se queman
a velas destrozadas
a sueños ahogados
y aquellos rincones cubriendose de gris
y aquel aroma a nomeolvides.

No hay comentarios:

Publicar un comentario