9.12.18

Mansedumbre de Mecha.


Mansa Mecha
Un remolino atraviesa
la casa mirando todo
desde las profundidades de la ternura, mansa
la luna también sabe de aullidos, salud colegas
caninos de barrio de pueblo
que se apaga se olvida te juzga
te odia tanto que te vas te vas
y no volvés
pero hoy
jauría de sueños tropel
anda el aire
y mansa Mecha pierde la calma
gruñe aúlla sostiene
su inocencia en universal
ajedrez con las estrellas y siempre
gana Mecha que de mansa
solo la mirada.

11.11.18

Pasillos




Yo siempre me paro en los pasillos
que se forman en las fiestas entre grupos
de personas y sirven para mantener
distancia  y marcar
pertenencia. Es que desde ahí
tengo otra perspectiva
menos rectilínea
del asunto. Siempre me paro
en los pasillos que forma la vida
entre herida y herida y te escribo
malísimos poemas para contarte
que estoy formando
las letras de tu nombre
con estrellas fugaces
como la pena profundas
como un aullido oscuro y sereno
como la noche como los pasillos
deshabitados y solos.


14.1.18

Como de costumbre



A los que se van y a los se quedan.
A los que se quedaron y a los que se fueron.



Porque más no se podía
porque algo se había roto
o se había terminado
porque algo nuevo traía el viento
porque la vida es tremenda
y el futuro incierto
como una nube encallada en la llanura.

Girar la brújula
en la primer bifurcación posible.

Y atrás va quedando
la sed infinita de ternura
los paraísos que mata el glifosato
el miedo a no saber vivir
la pesada memoria de los muertos
el llamado de la sangre latiendo
los perros aullando a la luna.

Finales inciertos
rotundo amor ennegrecido por el hollín
de las malditas chimeneas
y los domingos con tristeza de partir.

Hasta que partir fue para siempre.

Pero allá atrás
también
quedamos nosotros
tan vivos y tan
muertos como de costumbre.

Ahora queman residuos en el basural
y los domingos casi siempre llueve.

Y nadie
viene a preguntar
por el poema que le debo.