24.4.16

La cura.




Huele a té negro la casa
a limón, miel, canela
mirra, palosanto y albahaca
afuera el pueblo
reposa tendido y gris su siesta.
Teníamos un jardín…
¿Teníamos un jardín?
Si fuese tan fácil
como a esta casa
curar a este país
con especias y tibieza
pero es oscuro el futuro
y la fiebre
no da tregua en la batalla.

Hace un tiempo ya
se dio a la fuga la ternura
recuerdo cómo le brillaban los ojos
entre el verde de los sauces de febrero
y después
de repente
el vacío.
Si fuese tan fácil
curar la ausencia
con aromas y visitas
pero son épocas de resistir
y esperar que afloje
el temporal baje
la fiebre, despierte
este país y a lo mejor,
entre esas cosas
regrese la ternura.





18.4.16

Hace dieciocho días que llueve.



Podría olvidarme de todo 
dejar para otras horas las quejas
poner un disco de tango
preparar café
y dedicarme a mirarte
como ese día
del otro lado del vidrio
tus ojos claritos contra todo lo gris.

Y no prestarle atención a las canaletas
y su ruido de brujas
a este otoño maldito
que no detiene
su derrotero de agua, penuria
y pájaros mudos de miedo.

Podría olvidarme de todo
soñar con frescos
días soleados que nos devuelvan
la fe y el olor a limpio
de la ropa colgada en el patio
y tal vez
dedicarme a quererte
o solamente
a mirarte pero hace
dieciocho 
días que llueve
y uno va perdiendo las esperanzas.





11.4.16

Hace diez días que llueve.


Hace diez días que llueve
todos somos
un poco
Isabel viendo llover en Macondo
y también
los bichitos de la humedad
que se comen los recuerdos
y las patas de madera
de la mesa de la galería
y los teros gritones
y las gotas diminutas
que resbalan apenas
por los bordes de las celosías.

Hace diez días que llueve
y nadie viene a salvarnos
la ropa mojada en la soga del patio
los caracoles, los sapos
los perros con las patas
llenas de barro
saben más que nosotros
del futuro.

Y a la noche el techo de chapa
bajito canta
su canción llorada.

El fondo de todo es el silencio.
Somos también
nosotros
el tiempo que nos transcurre.