Podría olvidarme de todo
dejar para otras horas las quejas
dejar para otras horas las quejas
poner un disco de tango
preparar café
y dedicarme a mirarte
como ese día
del otro lado del vidrio
tus ojos claritos contra
todo lo gris.
Y no prestarle atención a
las canaletas
y su ruido de brujas
a este otoño maldito
que no detiene
su derrotero de agua,
penuria
y pájaros mudos de miedo.
Podría olvidarme de todo
soñar con frescos
días soleados que nos
devuelvan
la fe y el olor a limpio
de la ropa colgada en el
patio
y tal vez
dedicarme a quererte
o solamente
a mirarte pero hace
dieciocho
días que llueve
y uno va perdiendo las esperanzas.
Ya es mucho. No digo que sea suficiente como para perder las esperanzas... pero casi!
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Saludos mojados